domingo, 31 de mayo de 2015
Espuma Acustica
Hoy analizaremos un material utilizado en construcciones donde se necesita aislar acústicamente una pieza o un espacio
La espuma acústica es un material absorbente acústico del tipo poroso (esqueleto flexible). Típicamente se trata de poliuretano de celda abierta en base poliéter o poliéster, con densidades que oscilan entre 20 kg/m3 y 30 kg/m3.
Su mecanismo de absorción acústica se basa en la resistencia que ofrece al flujo de aire, reduciendo la amplitud de la onda sonora, transformando la energía sonora en calor. Éste mecanismo implica mayor efectividad del material allí donde la onda sonora presenta un máximo de velocidad (1/4 de longitud de onda).
La efectividad del material se mide mediante el coeficiente de absorción, expresado con el símbolo α, con valores dentro de una escala de 0 a 1. Donde 1 significa el 100% de absorción de la energía sonora incidente y 0 el 0% de la energía incidente.
Es habitual que la espuma acústica se presente en forma de pirámides o alveolos, con la finalidad de aumentar la superficie de absorción aparente sin aumentar la superficie real ocupada. De este modo, es posible obtener coeficientes de absorción, medidos en condiciones de laboratorio según ISO 354 (cámara reverberante), mayores a 1.
Su Uso:
La finalidad de acondicionar acústicamente un determinado recinto (cerrado o al aire libre) es lograr que el sonido proveniente de una fuente o fuentes sea irradiado por igual en todas direcciones logrando un campo sonoro difuso ideal.
Esta uniformidad no siempre se consigue y la acústica arquitectónica, intenta aproximarse al máximo a este ideal a través de ciertas técnicas que aprovechan las cualidades de absorción , reflexión y difusión de los materiales constructivos de techos, paredes y suelos y de los objetos u otros elementos presentes en el recinto. De hecho, cosas tan aparentemente triviales como la colocación o eliminación de una moqueta, una cortina o un panel, son cruciales y pueden cambiar las condiciones acústicas de un recinto.
La principal herramienta con que cuentan los técnicos encargados del acondicionamiento acústico de un determinado local/lugar es conocer el tiempo de reverberación específico, que se calcula utilizando diversas fórmulas. La reverberación debe ser inferior a los 2 segundos.
El tiempo de reverberación, para que sea útil, se ha de calcular en función de una determinada frecuencia, dado que depende del coeficiente de absorción de los materiales utilizados y este coeficiente depende a su vez de la frecuencia.
Las frecuencias de trabajo más utilizadas son 125, 250, 500, 1000, 2000 y 4000 Hz. De no especificarse la frecuencia, se toma por defecto la de 500 Hz, por ser la empleada por Sabine.
Dentro de los recintos cerrados, es fundamental conseguir un equilibrio adecuado entre el sonido directo y el campo sonoro reverberante. Por ello, un adecuado acondicionamiento acústico implica que las ondas reflejadas sean las menos posibles, por lo que desempeña un papel la capacidad de absorción de los materiales absorbentes que minimizarán la reverberación indeseada o ecos que pueden dificultar la ininteligibilidad de la comunicación sonora.
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Es hermoso y desconocido
ResponderEliminarhahaha si!!
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